Las enfermedades cardiovasculares son enfermedades que afectan a las arterias de nuestro organismo. Siendo las más conocidas el infarto de miocardio o el accidente cerebrovascular (isquémico o hemorrágico).
El riesgo cardiovascular es la probabilidad que tiene una persona de sufrir una enfermedad cardiovascular (recordemos, principal causa de muerte en países desarrollados). Esta probabilidad va a depender de los factores de riesgo que estén presentes en el individuo.
⚡INDICE DEL ARTICULO
- 1 ¿Qué son los factores de riesgo cardiovascular?
- 2 ¿Qué hábitos contribuyen al desarrollo de factores de riesgo cardiovascular?
- 3 Bibliografía
¿Qué son los factores de riesgo cardiovascular?
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en la población general. Tabaquismo, hipertensión obesidad, diabetes… son los responsables de estas muertes, la OMS informa, que se puede reducir hasta en un 80% el riesgo cardiovascular con un estilo de vida saludable… si es tan importante para nosotros, ¿por qué no lo hacemos?, ¿por qué no se invierte más en promocionar buena alimentación y ejercicio físico?
Factores de riesgo cardiovascular no modificables
Edad
Sexo
Raza
Antecedente familiares
Factores de riesgo cardiovasculares modificables
Hipertensión arterial
Hipercolesterolemia
Diabetes
Sobrepeso y obesidad
Tabaquismo
Sedentarismo
Alcohol
Ansiedad y estrés
¿Qué es el Síndrome Metabólico?
La combinación de hipertensión arterial, colesterol alto, glucosa alta en sangre y obesidad abdominal, forman lo que conocemos como síndrome metabólico.
El síndrome metabólico aumenta en 5 veces la aparición de diabetes tipo 2 y en 2-3 veces el riesgo cardiovascular.
Un perímetro abdominal mayor de 88 cm en mujeres y de 102 cm en el hombre (obesidad abdominal) o niveles de glucosa en sangre mayor o igual a 110 mg/dl son predictores de presencia de síndrome metabólico.
El 80%, para vencer a los factores de riesgo cardiovascular, está en nuestras manos, no es ni el metabolismo, ni la predisposición genética, ¡PONGÁMONOS LAS PILAS!
Estudios como el IBERICAN busca conocer el porcentaje de pacientes que sufren nuevos eventos cardiovasculares. El perfil de los pacientes es: 20% fumadores, 75% con sobrepeso, 30% sedentarios, 48% hipertensos… objetivandose una clara relación entre enfermedad cardiovascular y obesidad. Gracias a estudios como el anterior se desarrollan las escalas de riesgo, que demuestran que los FRCV son boletos para una loteria a la que a ninguno nos gustaría jugar, pese a que unos tienen más relevancia que otros, todos suman.
La corriente actual es el sedentarismo y hábitos dietéticos que fomentan la obesidad, sin embargo, se puede escapar de esta rueda.
¿Qué hábitos contribuyen al desarrollo de factores de riesgo cardiovascular?
Alimentación
Comer pocas frutas y verdades de forma habitual
Frutas y vegetales previenen el desarrollo de la diabetes. Nos aportan fibra, son ricos en compuestos antioxidantes y antiinflamatorios, reducen el índice glucémico en sangre y sin embargo nos empeñamos en utilizar suplementos vitamínicos cuando todo lo tenemos en estos alimentos.
De forma indirecta ayudan prevenir la obesidad, ya que tiene gran poder saciante.
Si quieres unas arterias sanas sin placas de ateroma, pásate al consumo diario de frutas y verduras.
Basar nuestra dieta principalmente en carnes rojas y procesadas
En los últimos años ha habido gran revuelo en cuanto a las carnes rojas, relacionándose estrechamente con el cáncer y apareciendo en prensa titulares alarmistas.
No es que por comer un buen chuletón o un bocata de chorizo vayamos a desarrollar un cáncer de colón o a padecer un infarto de miocardio de forma instantánea; el problema aparece cuando la parte fundamental de nuestra dieta son carnes rojas y procesadas, con el inevitable consumo asociado de grasas de origen animal.
La carne roja contribuye a la formación de ateroma (placa de colesterol que se adhiere a las paredes de nuestras arterias) y la grasa animal (con gran presencia de ácidos grasos saturados) que provoca una mayor absorción de colesterol a nivel intestinal, favoreciendo también su depósito sobre la pared arterial.
Consumo de harinas refinadas
En todas las pirámides nutricionales vemos como los hidratos de carbono son una parte fundamental de la dieta, el error es cuando la mayor parte de ellos provienen de pan blanco, arroz y pasta no integral… estas versión contienen harinas refinadas con un alto índice glucémico, lo que dispara la secreción de insulina en nuestro organismo, siendo factor de riesgo para el desarrollo de diabetes y todo lo que consigo conlleva.
Refrescos y bebidas con azúcar añadido
Nuevamente los hidratos de carbono en el punto de mira, pero esta vez en relación con las bebidas azucaradas, edulcoradas y en algunos casos disfrazadas como bebidas para deportistas pero al uso, publicitadas para todos los públicos. Esos azúcares añadidos nuevamente tienen un alto índice glucémico.
Todos estos refrescos deberían estar fuera de nuestra alimentación diaria.
Actividad física y sedentarismo
No existe ningún estudio que contraindique la actividad física moderada a ningún paciente ni a ninguna edad, sin embargo hay cientos que apuntan al sedentarismo como un factor de riesgo cardiovascular importante.
Con la edad perdemos elasticidad, fuerza, masa muscular, densidad ósea… todo ello puede ser más paulatino con una planificación de ejercicio diaria y paseos de, mínimo, 1 hora.
Consumo de tóxicos: Tabaco y Alcohol
Cuando hablamos de tabaco y sus riesgos lo primero en lo que pensamos es en cáncer de pulmón. Sin embargo otro de los grandes problemas del tabaquismo es la afectación de los vasos de pequeño calibre, lo que provoca infarto coronario, accidentes cerebro vasculares (ICTUS) o isquemia periférica.
Al igual que cualquier patología se va a complicar más en un sedentario, el tabaco va a multiplicar siempre el riesgo del fumador de padecer un accidente cardiovascular.
Respecto al alcohol, al margen de la copa de vino diaria (muy enraizado en nuestras costumbres y sobre las que habría que revisar con detenimiento los estudios publicados), el abuso de bebidas alcohólicas, sobre todo destiladas, perjudican nuestra tensión arterial, aumentan la densidad sanguínea (VCM) e incrementan el riesgo de trombosis y ateromas.
Sobrepeso y Obesidad
El sobrepeso suele ser el resultado de los anteriores, comemos mal, abusamos de azúcares y harinas refinadas, tabaco, alcohol (aunque sea bebedor de fin de semana), falta de ejercicio… todo ello conlleva ir ganando peso y entrar en un círculo vicioso que desemboca en la obesidad.
Olvidade de “fofisanos”, “fit fat”, obesidad saludable y otras historias que nos cuentan, el sobrepeso NUNCA es saludable.
Enfermedad bucodental
Podríamos decir que la salud de nuestros dientes va a ser un reflejo de todo lo demás. Un mal estado de las piezas dentarias puede influir en nuestra salud.
Desde la acumulación y formación de bacterias y sus toxinas entre las piezas dentarias que pueden llegar hasta el torrente sanguíneo, hasta la mala masticación de la comida que nos obligaría a ingerir trozos más grandes con las consiguientes digestiones más pesadas.
Existen estudios que relacionan la periodontitis con la cardiopatía isquémica.
Estrés y ansiedad
El estrés puede provocar estados de ansiedad, situaciones agobiantes con reacciones psicosomáticas. En personas muy autoexigentes, con mucha carga laboral, situaciones socio-familiares complejas, tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio durante las dos horas siguientes al episodio desencadenante de un episodio de estrés/ansiedad descontrolado.
Para este perfil de individuos están indicadas terapias como yoga, meditación y/o ayuda psicológica, para dominar y controlar el estrés.
- Diabetes
- Dislipemia (Colesterol alto)
- Hipertensión
- Obesidad y Sobrepeso
Bibliografía
- LUIS DELGADO, Omaira; ECHEVERRÍA GARCÍA, José Javier; BERINI AYTES, Leonardo  y GAY ESCODA, Cosme. La periodontitis como factor de riesgo en los pacientes con cardiopatía isquémica. Med. oral patol. oral cir. bucal (Ed.impr.) [online]. 2004, vol.9, n.2, pp.125-137. ISSN 1698-4447.
- José María Lobos Bejarano, Carlos Brotons Cuixart. Cardiovascular risk factors and Primary Care: evaluation and intervention. DOI: 10.1016/j.aprim.2011.10.002
- Stoney CM, Kaufmann PG, Czajkowski SM. Cardiovascular disease: Psychological, social, and behavioral influences: Introduction to the special issue.Am Psychol. 2018 Nov;73(8):949-954. doi: 10.1037/amp0000359.
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